Una apariencia amable puede ocultar una
intención maliciosa…
Amabilidad no significa sonreír,
asentir o hablar suavemente… tiene que salir del corazón, y si se expresa,
siempre lleva consigo un silencio de agradecimiento.
Hacerle saber a la gente que está
presente en mis oraciones, puede resultar atrayente para mi Ego por el
reconocimiento que busco en ello…
En otras ocasiones, decirle a la gente
que rezo por ella, puede ser una forma de conectar y mostrar apoyo.
La amabilidad debe dictar la forma que
toman mis esfuerzos, todo ser vivo se encuentra bajo la bendición permanente de
lo Divino.
Si actuamos como Dios… nos
sentimos como Dios!!
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