La maestría no es sólo el fruto de
aprender una técnica perfecta en cualquier ámbito o disciplina de la vida,
afecta también al entrenamiento de aspectos cotidianos que van más allá de la
simple técnica.
Es muy fácil ser un iniciado en un
Monasterio, pero el verdadero Maestro es aquél capaz de estar y mantenerse en
su interior con el resto del mundo a su alrededor. Puede caminar por las calles
del vicio y aún así permanecer impoluto. Puede mezclarse con la violencia, y
ello puede ayudarle a entender la realidad de la Paz y evolucionar.
El Maestro… en cualquiera
de estas calles, no teme, pues sabe que cuando haya aprendido lo que
necesitaba, aparecerá un camino estrecho pero bien iluminado que le llevará a
su siguiente aprendizaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario