A medida que me hago mayor, soy capaz de hacer cada vez menos cosas. Aunque mi mente no parece envejecer… sí las funciones del cerebro como la memoria y la habilidad de cálculo se han deteriorado un poco, pero el Yo que soy, continúa siendo el mismo.
Está
claro que mi auténtica seguridad la encuentro al comprobar que, tanto si estoy
físicamente paralizado, como compulsivamente hiperactivo, o en algún punto
intermedio… todavía soy tal como Dios me creó, por lo tanto, puedo afirmar:
“Hoy no voy a esperar nada porque Dios me cuida!!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario