TEORIA DE LA ENFERMEDAD

Según el Dr. Edward Bach, la enfermedad es:

1.- No es un mal a suprimir, si no un beneficio a comprender.
2.- Es consecuencia de un conflicto.
3.- Es producto de la acción de factores personales y transpersonales
4.- No es material en su origen.
5.- En la enfermedad no hay nada accidental.

La teoría de la enfermedad del Dr. Bach

Dr. Bach coloca a la enfermedad como parte de un proceso y de un proyecto, donde la enfermedad en apariencia cruel, es en si beneficiosa y existe por nuestro bien, y si se interpreta correctamente, nos guiara para corregir nuestros defectos esenciales. Si se la trata de manera adecuada, sera la causa de supresión de nuestros defectos, y nos dejara mejor y mas plenos que antes.
Bach nos propone un cambio de actitud ante la enfermedad, tanto los pacientes como los terapeutas. Los pacientes debe de ver a la enfermedad, no como un mal a suprimir, si no como un aviso que deben comprender. Los médicos por su parte, no deberán luchas con todos los medios contra la enfermedad, si no ayudar al paciente a comprender el significado de las lecciones que nos quiere transmitir la misma.
El origen de la enfermedad, según Bach, esta en la mente, la enfermedad es en esencia el resultado de un conflicto entre el alma y la mente, y no se radicara mas que con un esfuerzo espiritual y mental. Lo que nosotros conocemos como enfermedad es el ultimo resultado producido en el cuerpo, el producto final de fuerzas profundas y duraderas.
De lo anterior se deriva otra actitud que debemos asumir los terapeutas, y es no tener en cuenta tanto la naturaleza física de la enfermedad, si no las características psicológicas del paciente que la aporta, a esto se refirió Bach cuando dijo, no nos fijemos en la enfermedad pensemos solo en como ve la vida el enfermo.

Mecanismo de acción

Existen relaciones entre el cuerpo físico y los cuerpos sutiles, que forman parte de la naturaleza multidimensional del ser humano.

Va quedando cada vez mas claro que la posibilidad de una acción terapéutica, que al intervenir sobre las estructuras de frecuencias superiores que se hayan en equilibrio dinámico con el cuerpo físico, remedia las dolencias físicas y emocionales.

 Las anomalías de la energía del cuerpo eterico proceden de las manifestaciones de patrones anómalos de organización y reproducción celular, las enfermedades no se expresan en el cuerpo físico, si no después de que las anomalías del flujo de energía hayan cristalizado en los patrones estructurales sutiles de los cuerpos de frecuencias superiores. Y uno de los mejores medios de los que disponemos para actuar sobre los patrones disfuncionales de los cuerpos sutiles, consiste en administrar dosis terapéuticas de energía sutil de frecuencia especifica en forma de remedios vibracionales.

Cuando hablamos de vibración no hacemos otra cosa si no ampliar un sinónimo de frecuencia, las distintas frecuencias de energía, responden a diferentes números de vibraciones por unidad y tiempo, sabemos que la materia y la energía son dos manifestaciones diferentes de una misma sustancia energética primordial, de la que esta hecho cuando existe en el universo que por tanto compone también nuestro cuerpo físico y los cuerpos sutiles.
Las vibraciones de esta energía universal, determinan la densidad de su expresión como materia, así a la materia que llamamos física correspondía una frecuencia mas baja, o una vibración mas lenta si se prefiere, y la que vibra a velocidades superiores a la velocidad de la luz, es a la que llamamos materia sutil.
Si queremos ejercer una acción terapéutica sobre nuestros cuerpos sutiles, sera preciso administrarles energías que vibren a frecuencias superiores a la del plano físico.
Las medicinas vibracionales contienen esas energías sutiles de alta frecuencia.
Existen muchos remedios vibracionales derivados de la naturaleza, de entre estas modalidades naturales para la curación, las esencias de flores vivas figuran entre las mas antiguas.
La energía del efecto activo de las flores no es mesurable, pero si detectable por vía de la fotografía, el fotógrafo ruso Semyon Davidovich Kirlian, desarrollo en 1939, un método de fotografía de alta frecuencia para captar y hacer  visibles las radiaciones bioenergéticas de los organismos vivientes.