miércoles, 31 de agosto de 2011

PALABRAS A TI MISMO


Siempre creí que tenia el don de la curación, pero no tenia el coraje de intentarlo con nadie, hasta un día que mi padre tenia mucho dolor en la pierna izquierda. No había nadie cerca para ayudarlo, y yo decidí muerta de vergüenza, poner mis manos sobre su pierna, y rogar que cesase el dolor, actué sin creer que podía ayudarlo, hasta que escuche a él rezando, "Señor haz que mi hija sea capaz de ser mensajera de tu luz, de tu fuerza", decía él. Mi mano empezó a calentarse y los dolores enseguida cesaron. Después le pregunte por que había rezado de aquella manera, y me respondió, que fue para darme confianza.
Hoy soy capaz de curar gracias a aquellas palabras.



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