Intentarlo otra vez es un acto de Fe,
no con resultados previsibles, sino con bendiciones previsibles.
Llega un momento en la vida en que nos
damos cuenta de que las cosas no son como nosotros creíamos que serían cuando éramos
jóvenes, nos da miedo tener esperanzas, nos da miedo volverlo a intentar.
Concretamente, tendemos a ser cínicos a
la hora de hacer nuevas amistades o de buscar una posible pareja. Entonces se
abre la posibilidad de una nueva relación, o se reconoce la posibilidad de una
relación vieja, ya que Dios nunca deja de ofrecer oportunidades.
Naturalmente, una parte de nosotros es escéptica
y se retiene, creemos que protegernos a nosotros mismos es más importante que
amar a otra persona, pero nada es más importante que el Amor!!!
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