Cuando juzgo a los demás, estoy
cuestionando la inocencia que Dios ha puesto en ellos.
Si reconozco mi error, debo ponerlo
inmediatamente en manos de Dios.
Hoy voy a reconocer que realmente no
conozco los esfuerzos que hace la gente, hasta dónde han llegado o de qué
manera están transformándolos en este mismo instante.
La comparación es lo contrario de la
relación!
El camino hacia casa es una carrera en
la que ya no compito.
Para afirmar que estoy por
delante o por detrás de otra persona... primero debo romper con la Paz de la
unidad.
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