No aceptar una negativa como el
fin de nuestro camino; tanto si viene de una persona como si viene de la propia
situación: hay que buscar siempre alternativas.
No
dejes que nadie te obligue a hacer algo que tú no deseas.
Muévete
en la vida haciendo siempre aquello que sientas en cada momento.
Si
alguien te prohíbe hacer algo, abre tu mente, y busca la alternativa que más se
acerque a lo que querías.
En
ocasiones nos podemos dar cuenta de que lo que necesitábamos se encontraba en
realidad tan sólo un poco más allá.
Las
situaciones “entre la espada y la pared”, precisan que abramos nuestros
horizontes para darnos cuenta de que podemos apartar la espada y movernos o
luchar, o destruir el muro, o dejarnos ensartar.
Cuando
somos conscientes de que tenemos una gran capacidad de decisión y acción, (aún
en las situaciones más complicadas), nos sentimos más afables, bondadosos y
serenos.
La intención puede ser
la correcta, pero es condición indispensable que vaya acompañada de la acción
para que se convierta en un hecho real.
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