El deseo viene de la mente, la
Intuición del cuerpo.
La
intuición te dice cuando alguien te puede gustar o cuando no te puedes fiar de
alguien, lo sientes en el cuerpo, en el estómago, un pinchazo que te avisa de
una cosa u otra.
Aprende
a distinguir bien el deseo de la intuición.
La
vía de la intuición pasa por el desapego material, de otra forma, tus deseos
materiales ofuscan las señales que vienen de tu camino espiritual.
A
la hora de atravesar una puerta que te pone la vida delante, no has de albergar
en tu corazón deseo, pues la atravesarás demasiado pronto, ni miedo, pues lo
harás demasiado tarde. Aceptar e integrar todas las partes de nuestro cuerpo es
imprescindible para oír lo que éste tiene que decirte.
La
capacidad de acción es importante, pero la intuición que surge de la serenidad
y que te indica cuando debes poner en práctica dicha capacidad lo es más aún.
El
último objetivo es que intuición y acción sean uno. Ello ocurre como resultado
de unir cuerpo y espíritu y de que nuestros pensamientos surjan exclusivamente
de esta unión.
Haz caso de tus
intuiciones aunque ello implique saltarse la tradición. Hacer lo contrario
equivaldría a ser rígido, y lo rígido no tiene opciones ni cabida en el camino
espiritual!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario