domingo, 14 de julio de 2013

REFLEXIONES


         No hay acción más relajante que perdonar una ofensa que nos ha carcomido hasta el momento.
    Cuando dejamos de lado el resentimiento… nos sentimos repentinamente liberados!!
      Para  lograrlo no debemos  perdonar  desde un plano de superioridad, sino asumir que todo sucede tal como debe suceder.
      Cada persona se haya en un estadio diferente de evolución espiritual, y por lo tanto, actúa dentro de sus limitaciones.
         Todos  damos  lo  que  tenemos,  sea mucho o poco, según nuestras circunstancias, cada cual está donde tiene que estar, y ofrece lo que puede ofrecer! Por lo tanto, no hay nada que perdonar… como mucho podemos ayudar a los demás a avanzar un poco en su camino hacia la Plenitud.
         Quien actúa mal, en realidad, está pidiendo nuestra ayuda, y al ayudarle crecemos espiritualmente con esta persona… puesto que en la Escuela de la Vida, no hay ofensas, sólo lecciones!!
         Deberíamos agradecerles la oportunidad que nos brindan para ser mejores y resultar útiles a los demás.
         Acordaros  de  la  frase de  Oscar Wilde: “Quiéreme  cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite!!!”  

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