Señor, dame una buena digestión y
naturalmente algo que digerir.
Dame la salud del cuerpo y el buen
humor necesario para mantenerla.
Dame un alma sana Señor, que tenga
siempre ante los ojos lo que es bueno y puro, de modo que, ante lo menos bueno,
no me escandalice, sino que sepa encontrar el modo de remediarlo.
Dame un alma que no conozca el
aburrimiento, los ronroneos, los suspiros ni los lamentos, y no permitas que
tome demasiado en serio esa cosa entrometida que se llama el Yo.
Dame Señor el sentido del
humorismo, dame el saber reírme de un chiste para que sepa sacar un poco de
alegría a la vida y pueda compartirla con los demás.
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