Las grandes habilidades están
bien, pero no son nada sin la capacidad de concentrar nuestro espíritu.
Concentración sin esfuerzo… utiliza sólo el esfuerzo imprescindible en cada
acción. En todo momento escogemos nuestro nivel de energía, ésta es nuestra
capacidad, y ello no depende de lo que hayamos comido o descansado, sino de lo
que nuestro espíritu decide en total concentración y armonía.
Lo
que hará que venzas cualquier obstáculo, será esa perfecta armonía entre cuerpo,
mente y espíritu.
Imagínate
un obstáculo en tu vida: algo que te niegan en el trabajo, como un aumento, o
simplemente que se reconozca tu competencia; de nada sirve que lo reclames ante
tu jefe si tu cuerpo expresa inseguridad y tu espíritu está deseando terminar
la conversación. A esto es a lo que me refiero con cuerpo, mente y espíritu.
Tu
cuerpo debe reflejar tu seguridad, la mente es la que se encarga de reclamar
adecuadamente y tu espíritu debe dar fuerza a todo el conjunto. Si estás
concentrado y atento, podrás incluso anticiparte al próximo movimiento de tu
jefe y anticipar una respuesta adecuada. Emplea entonces la firmeza de tu voz,
la astucia de tus palabras o la paciencia para encontrar el momento adecuado.
Practica
la órbita microscópica (la respiración del alma) como base para conseguir otras
metas en tu camino, practica también el sueño lúcido. La conciencia durante el sueño
es una prolongación del Satori, éste es un buen ejemplo de
por qué existen personas que adquieren la destreza en un trabajo en poco tiempo
y con relativa facilidad. Dichas personas, seguro que primero intentan conocer
lo que se les pide y practicarlo, olvidándose en un principio de ser veloces.
Seguro que son duros y blandos al mismo tiempo, es decir, están bien centrados
y firmes en su puesto, pero al mismo tiempo flexibles a la hora de aprender.
Una
prolongación más elaborada y efectiva es realizar la misma práctica en sueños,
para ello, debemos conseguir la conciencia onírica, el sueño lúcido, estar
despiertos mientras soñamos. La creación en nuestra mente durante la vigilia y
la creación en nuestra mente durante el sueño, son aplicables a todos los
ámbitos de la vida, son escenarios en los que practicar. No importa tener o no
capacidades, lo importante es entenderlas, ello sí que te hace fuerte. Adquirimos
diferentes habilidades durante la vida que nos facilitan seguir nuestro propio
camino, que es diferente a cualquier otro.
En lo sencillo radica
lo impresionante!!!
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