domingo, 25 de mayo de 2014

REFLEXIONES


         La Fe auténtica y positiva no depende de nada que yo espere que pase a juzgar desde mis experiencias pasadas.
      Los acontecimientos de mi vida no inspiran exactamente Fe, aunque siempre veo lo que elijo ver.
         Tengo una Fe  aceptable cuando la ofrezco.             
         Esto lo puedo hacer conociendo exactamente hasta qué punto puedo confiar en los demás.
         La auténtica Fe lleva consigo un estado de alegría, un estado de bienestar, un estado de familia, suponiendo que no dirijo mi vida para encontrar bendiciones individuales.
     Yo no soy especial, y este reconocimiento, visto honestamente, es el fundamento de una nueva Fe!!         









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