Las mentes conservadoras se anclan al pasado, por que sienten un miedo irracional hacia el futuro. Es muy difícil disfrutar de los placeres de la vida y construir el porvenir, cuando pesan sobre nosotros los nubarrones de las tempestades que creemos nos acechan.
Todo miedo es miedo al futuro, es decir, una evidencia falsa pero parece real. El miedo a una crisis aun mayor a perder nuestro empleo o nuestra pareja no tiene fundamento, ya que el futuro es aquello que todavía no a acontecido y por lo tanto, el único oráculo del porvenir es la propia persona. Lo que acontezca no caerá del cielo, si no que sera el resultado de miles de decisiones personales que habremos tomado en el día a día.
Nuestras expectativas condicionan el futuro, por que marcan el tono con el que actuamos cotidianamente.
Pero la buena noticia, es que también podemos contemplar el mundo positivamente y sustituir el miedo por la voluntad de construir lo que queremos ser.
Pero la buena noticia, es que también podemos contemplar el mundo positivamente y sustituir el miedo por la voluntad de construir lo que queremos ser.
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